23 septiembre, 2020


  • Mis tribulaciones sobre una cita que Theroux atribuye, erróneamente, a Pedro Almodóvar. Una solución que tienen que ver también con el café Alcaraván y con Javier Sánchez. La novela imposible que sería su blog, esas novelas del caos que me interesan.
  • Ensayo. Sobre el instinto asesino y cómo a lo largo de la Historia del hombre los asesinos han sido vistos como héroes: revolucionarios de todos los movimientos y conquistadores. Tengo una lista de prohombres.
  • Cara B, como en los viejos vinilos de Las formas de la huida. La historia paralela de Veronique, su vida con los años. Las dimensiones paralelas se completarían, interactuarán generando esa inquietud del far away and so close.  

06 febrero, 2013

Independientes, Documental sobre el Indie español de los 90

Dejo enlace al documental Independientes de José A. Rueda.
Saliendo de Sevilla, por el puente de Alamillo y hasta Salamanca empecé a escuchar la entrevista de Julio Ruíz, Radio 3, José A. Rueda , el realizador, en la que hablaron acerca del documental.
Revisión y revisitación de una época que me he dado cuenta de que es la mía. Algún fleco final de La Movida con Los Ronaldos hasta el cuarto de Iván y Mac en Sligo en el que suena un disco recopilatorio de Indie español, un toro de Osborne en la portada o algo así, hasta el ruido inicial del Super 8 en una fiesta junto a la piscina, al Potemkin votando con la versión de Verano azul de los Doctor Explosión. Esas cosas.


10 enero, 2013

Los hermanos Kalamazov

www.chrisdaunt.com
En 1879 Dostoiewski ya criticaba  la especialización... Divertido.

«Tienen la manía de enviar a los enfermos a los especialistas. «Nosotros nos limitamos a diagnosticar. Vaya a ver a Fulano y él lo curará.» Ya no se encuentran médicos que traten todas las enfermedades, como los que había antes. Ahora sólo hay especialistas que utilizan la publicidad. Si uno está enfermo de la nariz, te envían a un gran especialista de la capital francesa. Éste le examina la nariz y le dice: "Sólo le puedo curar la fosa nasal derecha, pues las fosas nasales izquierdas no entran en mi especialidad. Vaya a Viena, donde hay un especialista de fosas nasales izquierdas." En vista de ello, he recurrido a los remedios de vieja.» 

Fiodor Dostoiewski: Los hermanos Kalamazov (1879)
Capítulo: "Visiones de Ivan Fiodorovitch",

03 enero, 2013

Apología y petición, de Jaime Gil de Biedma


¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno,
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno,
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
puede y debe salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Quiero creer que no hay tales demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia.
Son ellos quienes han vendido al hombre,
los que le han vertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.

(Moralidades, 1966)

Releo este poema de Moralidades. Hay algo que no coincide con el tono conocido de Jaime Gil de Biedma, pero me gusta su extraño uso contra la musicalidad del poema. No sé si me explico.

16 diciembre, 2012

Presentación de La nostalgia del guepardo, de Macías Saint-Gerons



Presentación del libro de Macías Saint-Gerons en el estudio de Pelonio en Madrid, junto al autor sus amigos:  Sergio Reverter, Sebastián Álvarez, otros setenta asistentes, yo mismo. Esto es más o menos, lo que yo dije...


Para ordenar estas pocas palabras lo más difícil fue datar la fecha primera en la que Macías Saint-Gerons  me habló de La nostalgia del guepardo
Que un libro se geste durante mucho tiempo no significa nada, solo que se ha madurado: Macedonio Fernández escribió durante cincuenta años el Museo de la novela de la Eterna, Enrique Macías sencillamente ha dejado reposar, madurar. No ha tenido prisa por que los poemas vieran el papel impreso. Tan solo ya cuando le pesaba esa carpeta, cuando había que publicar para pasar a lo siguiente, ha sido el momento. Las obras se ordenan, de alguna rara forma, solas y deciden su tiempo. 
Cuando oí a Quique hablar por primera vez de La nostalgia del guepardo, estábamos en su piso en Salamanca, de noche en un salón, con Nedi seguro, Sebas y Arkaitz, creo que nadie más. Se había enganchado a no sé qué canal de Naturaleza: National Geographic, Discovery, no lo sé… La idea empezaba a ordenarse en torno a unos cuantos poemas y la figura del guepardo. Cuando una imagen te hace suyo le perteneces: es tu idea y no tú quien decide. Así que él estaba estudiando en Salamanca o lo que quiera que sea que hacía por las noches, eso debió de ser a finales del siglo pasado. La idea, las notas de algunos de los textos estaban allí, pero cuando le decías: «deberías pensar en publicar», él te miraba sin mucho interés, como si estuvieras diciendo algo que no has pensado demasiado bien. 
Hace algún año menos, ya aquí en Madrid, de la misma manera, en la época en que alternaba de noche en la habitación de escribir, entre los monólogos y los poemas, una tarde en una casa en la sierra, hablando de todo y de nada, o hablando de quemar libros en su estufa, dijo con el mismo desinterés: Yo creo que ya podía ir sacando los viejos poemas. Y ese desinterés no corresponde con la desgana hacia unos poemas, sino con la inteligencia del que sabe que «el arte es largo y la vida es breve». Es decir, se publica demasiado y todo el que junta algún dinero puede hacerlo, o el que envía seiscientos versos a un concurso con comité de lectura. Hay demasiados poemas, y demasiado de todo lo demás sin ningún poso. 
Por eso me parece que estos poemas del guepardo, desilusionados como debe ser todo autor con los pies en la tierra, tienen ese peso. Después de toda la crítica que se pueda hacer,  la genética, la revelación del verso y bla bla bla, los poemas de La nostalgia del guepardo dejan esa sensación tras de su lectura: algo de alegría unas veces, algo de añoranza otras, pero todos, según el canon de Poe, guardan ese punto álgido en el que te tocan. Así los haces tuyos, y solo así se puede hacer la buena literatura.  

Madrid, 16 de diciembre de 2012

09 diciembre, 2012

Hantaro Nagaoka

Luis Mundaca me dice que estoy desaparecido de la red: cierto. Hantaro Nagaoka imaginó así el átomo y ese sigue siendo el logotipo aceptado. Aquí un divertido vídeo:


04 abril, 2012

Incendios controlados, 4

Obra de teatro en tres actos. Los hechos se ordenarían en sentido inverso, eso ayudaría a desvelar paulatinamente la verdadera naturaleza de los personajes. El escenario se dividiría en dos plantas, interactuarían los ruidos de los vecinos de arriba y los de abajo,  la actuación de arriba y abajo son simultáneas, aunque tal vez se ralentice o se congele la otra cuando sea necesaria la atención en uno de los dos niveles. The plot: ante el aumento de la factura del agua los vecinos del primero empiezan a sospechar que sus vecinos de arriba, tras la reforma, han conectado toda su instalación de agua caliente, comenzarán a cortar el agua caliente antes y después de cada ducha a través de un mecanismo instalado en el pasillo de la comunidad. Abajo viven cuatro mujeres: abuela, madre y dos hermanas. Arriba un matrimonio con un hijo demasiado mayor una hija mucho más joven, adolescente. 

05 marzo, 2012

Incendios controlados, 3

El capítulo 9 del Ulysses. Un libro que estudie los pormenores, que pormenorice algunas de las teorías que Joyce avanzó sobre el de Stratford. El libro de Bryson, pero también ese estudios con documentos facsímiles que encontré en Waterstone's, los libros perdidos, instrucciones para hacer un Primer Folio, recuerdo de Asís Guillén, influencia en Shakespeare del primer volumen del Quijote, que se tradujo a tiempo al inglés y que hay indicios de que llegó a manos del padre Hamlet.  Shakespeare es Hamlet y es el padre de Hamlet y es el negro chofer, un libro sobre el desdoblamiento de todo autor, la personalidad múltiple de Stephen que es Leopold Bloom y Molly y Milly. Pessoa, etc. 

27 febrero, 2012

Incendios controlados, 2

Cómo ordenar mis Ejercicios para piano... De un tiempo para acá me he dado cuenta de que esa colección de relatos perdía su cohesión en los títulos, demasiados títulos de los que me sentía demasiado contento. 
Detrás de estos relatos en los que empecé a trabajar en la biblioteca de Libreros en 1994 en lugar de estudiar, la música unía los textos y por unos días estuve convencido de que una serie de ejercicios podría ser más abstracto y más concreto. Yo me entiendo. Pensaba en algo así como: Ejercicios de calentamiento, Posición fija, Escalas en terceras, Ejercicios de destreza de los dedos, Ejercicios para la mano izquierda... 
Le envié mis borradores a Celia Camarero, conversamos sobre un orden lógico y uniforme, una serie de ejercicios de aportaran, diesen trasfondo a esta colección de relatos. Un orden más coherente si eso tiene algún significado. 
Luego me he divertido buscando un orden, un esquema por el que pasar por los Estudios para piano de Chopin. Antes de terminar de esbozar la idea ya me estaba resultando divertida por irresponsable, no era ese el espíritu del libro, era más como hacerme un disfraz, un disfraz insoportablemente pedante, irresponsable. Parecería que los textos se habían inspirado en la música y eso me sonaba falso. Lo terminé como se termina un crucigrama que ya no te importa, todo estaba malinterpretado: el protagonista de viajes interiores parecería un Charlot bajo «Le papillon», la Op. 25, N.º 9. Antes la Op. 10 y para cerrar los «Trois nouvelles études».
Y después, viendo la lista de estudios y ejercicios que Celia propuso, a petición mía, claro, empecé a pensar que en este punto todo lo que fuera más iba a empezar a ser menos. 
Ha sido divertido... La solución final será la más sencilla. 

25 febrero, 2012

Incendios controlados, 1

Los relatos por escribir de un libro desgajado del anterior: el libro nuevo, Diez mil ciervos, solo apuntado, y formando una lista que tendré que revisar cuando termine esto que no defino y en lo que estoy ahora, será una rara novela sobre la vida de algunos personajes deshadados y desalmados en Irlanda. Cosas como: el poema «Ephemera» de Yeats traducido por Cernuda, una mujer que despierta en Madrid no sabe en qué habitación, esa misma mujer años después en Irlanda habla de Hegel en un cuarto en 16 The Mall, una antología de la música de aquella época, un muchacho se sienta en la estúpida cocina de un piso de estudiantes a imitar a Borges en una ostentosa metáfora sobre la construcción de Europa, ese tipo de cosas...

21 febrero, 2012

Proyectos futuros, Incendios controlados, 0

Entre esas láminas de Echner amarillas de tabaco, Juan José Jaramillo Arango me pregunta en una entrevista en el Alcaraván que por qué hace más de seis meses que mi blog no tienen entradas.
—¿Seis meses? Coño...
—Sí... como seis meses— me dice con su habla tranquila.
Pero cuando miro el blog son ocho, puede que porque dedico el tiempo a mirar en el teléfono artículos sobre «paralaje» o «procrastinar». "Cras te victurum, cras dicis, Postume, semper", Marcial. El soneto de Lope de Vega, "Siempre mañana y nunca mañanamos", que en un tiempo solo conocí como título del poema de La casa encendida de Rosales. Pero me distraía:  
—Creo que ese es el problema de mi blog, más fácil cualquier pequeña frase en Facebook o Twitter.
Saca la grabadora.
—Está bien, empecemos la entrevista.

Ordenar en la medida de lo posible todos estos fragmentos de tiempo, de ideas, para construir algo debe ser la labor de toda vida inútil, partiendo del hecho de que toda vida es inútil y el tiempo es una convención.
Tal vez deba dedicar este espacio a anotar ideas que solo yo y mal sé a dónde quieren ir, algo que intenté hacer en un lateral del blog que podía haber titulado «La lista de la compra» pero no recuerdo cómo titulé. Entradas y más entradas sobre lo que haré en este espacio y luego poco. Ideas no concretadas, libros que quisieras escribir, incendios controlados.

04 julio, 2011

Caja de Borges y Cortázar


Una caja solo para Borges y Cortázar, eso es bastante. Fotografía de la caja vacía tras la última mudanza. Entonces pensé que no desde ese ángulo no había ningún dato, que en algunas imaginaciones los libros pueden seguir ahí dentro junto al contenedor.

16 junio, 2011

Presentación de "Por eso escribo, por eso" de Josefa Sánchez Sousa

Un sueño. Las cosas comienzan en un momento dado, van hacia los extremos, se desdibujan. Por eso no recuerdo cuando conocí a Pepita. Qué día primero vino a la tertulia hace más de quince años.
Hay en literatura, no saltos generacionales, sino encuentros y actitudes. Ella, que venía de una poesía tradicional tenía actitudes contemporáneas, las tiene porque busca en las intersecciones las palabras sin miedo a perder o a profanarlas: sabe que la vida es un único intento.
Ella, con su humildad, nos enseña a todos los que escribimos que siempre sabemos demasiado poco y que el resultado de lo escrito no depende de los conocimientos sino del valor para dar el salto.
Por eso ella, tú, Pepita, escribes desde la literatura en donde otros escriben desde la impostación, desde la necesidad de querer ser. Tú escribes desde la necesidad de expresar sobre el papel, de fijar el dolor y la alegría.
Comencé a pensar en ti como una verdadera escritora, a entender que más allá de los juegos verbales eres escritora, a partir del proyecto de tu abecedario: escribías un relato con cada una de las letras, formados por palabras llenas de esa sonoridad. Tú dices que yo te di la idea a partir de la ñ, yo no lo recuerdo, pero escribías y no era un divertimento: más allá del juego querías construir, tenías un proyecto que iba más allá de ti y tu naturaleza. Esto parece anecdótico pero no lo es, es parte de tu actitud y tu carácter frente a la literatura, significa que cuidas y defiendes aquello en lo que crees. 
Crees además en otras cosas, y las defiendes con convicción: hablo de las palabras y su uso, hablo de tu pintura, hablo de tu trabajo como modista durante tantísimos años, hablo de Margarita, de Teresa, de Maruchi, de tus recuerdos de los tres años, de la seguridad con que cada jueves has caminado hasta el Ateneo para compartir tus palabras… del año extraño en que una tertulia de quince o veinte personas se vio reducida (por final de estudios, por vuelta al país, por situaciones familiares) a casi tres personas: Luis Mundaca, tú y yo, que nos reunimos con la misma convicción durante ese año extraño. Hablo de las palabras tuyas a través de los años, robadas al tiempo, a los fogones, a la noche sobre el ruido de la tele o nada más despertar: poemas, cuentos, aforismos, pensamientos, los juegos verbales que nos sostienen sobre la nada.
Los sueños son un ejercicio de la memoria, un ejercicio de realidad para saber ser de este otro lado, sea lo que sea lo que eso significa, y Pepita, Josefa Sánchez Sousa, cerca de cumplir noventa años, sabe como yo que la realidad está a uno de estos dos lados, aunque quién sabe en cual. Lo importante es que del otro lado en el que hemos caído intentamos ordenar ese sueño con las palabras y con el cariño, que son, al fin y al cabo, las dos grandes ilusiones de este sueño o de esta vigilia.

Libro desarrollado por la Asociación Cultural PentaDrama y editado por Luso-Española de Editores.
Podréis encontrarlo en las librerías: Cervantes, Hidrya y Víctor Jara. 

01 junio, 2011

Alfonso Reyes: Cuestiones gongorinas, 60


He encontrado la nota en una libreta de 2001, una cita de Alfonso Reyes que siempre repito de memoria y ahora he comprendido que, como cualquier imagen, como el recuerdo de una habitación o de una cara, ha crecido o menguado, se ha metamorfoseado. Se la he dicho a amigos de los dos continentes y ahora veo como ha ido variando con los años.
Esta es la frase que repito de memoria a mis amigos:
Es lo malo de los libros que no se publican: que se le va a uno la vida en reescribirlos. 
Y esta es la cita original:
Esto es lo malo de no hacer imprimir las obras: que se va la vida en rehacerlas.
Al buscarla exactamente en internet veo y recuerdo que la saqué de las Discusiones de Borges. Si es así la encontré a principios de 1995, cuando leí en Irlanda los cinco tomos de Borges en la edición de Círculo de Lectores. Eso suma dieciséis años. Me llama la atención cómo la frase ha venido a transformarse en el español peninsular, sí, pero también a mi tono de expresión, a una forma propia de decir las cosas. La memoria es una traidora comodona que nos ayuda en todo: borra los estambres del dolor, redibuja la forma más hermosa para hacer la vida más llevadera.
Más allá de esta meditación acerca del tiempo la nota sirve, con su traducción, para muchos amigos a los que animo y a veces he obligado a publicar.

13 mayo, 2011

Revista Atril, Número 7




La Gaceta de Salamanca, (c) Foto de Chema Guzón, famoso por no esperar ni a que se sienten los ponentes, a veces sin esperar ni ha que lleguen los protagonistas!


Siete es el número perfecto porque así lo hemos decidido los humanos, pero todo, hasta en la ciencia son maneras de entender el mundo, convenciones: como que siete es número primo igual que lo es el once.  Once son en realidad los números publicados de Atril. Y diecinueve, que son los años que llevamos reuniéndonos en tertulia, desde que en 1993 ocho amigos (y aquí ya no hay número primo) nos juntamos para hacer algo entorno a la literatura. Desde entonces casi trescientos escritores han sido Atril.
Veréis, el asunto de si esta revista es el número siete o el once se debe a un cambio de numeración: de pronto decidimos que la revista, su gráfica y también su poética, habían cambiado. Pero con el tiempo se aprende que nada cambia tanto, nada tiene tanto margen de maniobra porque la realidad es una cosa que está por encima de lo real.
Ahora, esta vez veintitrés autores, otro número primo, divisible solo por uno y por sí mismo, han participado en la revista. Son veinticuatro si no quiero forzar la cábala contabilizando a Ricardo Piglia, con este fragmento de Nombre falso, una nouvelle en la que ya están todas sus marcas y que nos ha cedido con gusto. Todos los autores, creo yo, han cedido sus inéditos para una revista joven en números, comparándola con todas las grandes publicaciones.
Ya he dicho que Atril es además un proyecto gráfico y en eso sus ilustradores, buenos amigos que con ilusión y por gusto han dibujado para los textos de Raúl Brasca, el cubano Ángel Martínez Niubó, José Daniel Espejo, o Víctor Balcells, etcétera, y han acompañado al resto.
Haré el resto del repaso: Dimitra Christoforidou, Sonia Betancort, Graciela Amador, el querido Antonio Piedra, José Ramón Ripoll desde Cádiz, a Mercedes Marcos, Celia Camarero, Paula Varela, que se cruzó con Sonia en Buenos Aires y el mismo día, pero años más tarde, se cruzó unas horas conmigo y con el café en Palermo. Pablo Sánchez Herrero, Óscar Borona, Sara Herrera Peralta, otra intersección desde París en una cena entre amigos, mi partener de Hostal Praga Juan José Mediavilla, lean sus microrelatos, Luz Mercedes Orrego Morales, Daniel Drexler, Mercedes Díaz Villarías, Luis Arturo Guichard, Raúl Aragoneses, que además ha corregido con diligencia las pruebas de la revista, Ana Martín Puigpelat y Rafael Courtoisie…
Como veréis intentamos publicar, a partes iguales pero sin fundamentalismos, poemas y relatos acompañados de los trabajos de once artistas: Alejandro Santos de Isla, Álvaro Santamaría, Juande Méndez, Luis Felipe Comendador esta vez del otro lado de las letras, pero siempre del mismo lado de la creación, José Zazo, Pablo S. Herrero, Jesús Pastor Sanz, Pablo Pino, Aquilino González, Mercedes Díaz Villarías, y Max Hierro. 
Y todo esto gracias a las Librerías Víctor Jara e Hidria  y a Amarú ediciones, que se empeñan en apoyarnos en cada número y en acogernos en sus casas que son las de la literatura. Aquellos que os quedéis sin vuestro ejemplar podréis pasar por allí para recoger otra.
En fin, últimamente me ha gustado jugar con la idea de que este iba a ser el último número, ya he dicho que siete es un buen número y aunque las páginas, treinta y seis, se pasan muy deprisa, el trabajo es complejo. Luego, cuando sale de imprenta, cuando lo tienes entre las manos, empiezan a aparecer nuevos nombres en tu cabeza, y creo que al resto del equipo de redacción le pasa algo similar. Sonia tiene ya nombres escondidos a los que llamar, como los tienen Juanjo e Inma o Raúl Aragoneses. Así que supongo que seguiremos: hay que escribir mientras te lo pida el cuerpo, hay que pintar, hay que interpretar una música que nos recoja a todos.
Por lo pronto espero que disfrutéis de estas páginas.

20 febrero, 2011

Todo en mí es falso menos yo


Nota encontrada al final de la liberta de "paperblanks" que ellos llaman "de bolsillo", y que por eso está magullada, porque ha servido para todos los últimos libros de poemas y para líneas huérfanas como ésta.
«Todo en mí es falso menos yo».
¿Qué es?:
  • Un poema.
  • Un relato.
  • Un título. 
Si os apuntáis al plebiscito podemos elegirlo a votos.

07 enero, 2011

Fragmentos de una música

Fragmentos. Así comencé titulando un libro que luego pasó a llamarse Epigramas y por fin Materia del eclipse. Todo es fragmento o falta de otra cosa o eclipse, no eclipse.
Así, voy a empezar a soltar aquí los fragmentos, a guardar aquí los fragmentos de ese accidente, los restos del incendio. Como esta nota encontrada en un vídeo en internet. No sé de de dónde procede, pero me interesó y la utilicé en un relato de Perro callado en el que hablo de Arnold Schönberg y la música tonal.

30 diciembre, 2010

Guille y su lápiz, por Quino

Con seis o siete años mi tía empezó a regalarme los cuadernos de Mafalta que he ido reinterpretando con la edad. Crecí y aprendí con Quino muchas cosas.
Pues de todas esas viñetas, hay una que he repetido y de la que le hablo a los amigos cuando dilucidamos sobre el hecho creador. Sobre la sorpresa que resulta algunas veces al terminar un relato que empezó sin saber hacia dónde dirigirse. Una sorpresa que en mi caso no sucede con el ordenador, sino con un lápiz y una libreta y que me llevan siempre a la imagen de Guille sujetando su lápiz. Aquí la dejo, para cerrar un año nuevo y abrir otro.

17 octubre, 2010

Las labores del silencio: Luz Mercedes Orrego Morales

Luz Mercedes Orrego Morales es una colombiana que habla de su ciudad, Medellín, como de un lugar lejano en la memoria. Pero hay que decir que esto no es preciso, porque es media verdad.
Mercedes habla de todo como de algo lejano: habla de su poesía, aunque se trate de un texto escrito en un hueco de una agenda esta misma mañana; de su vida en Salamanca ayer, o el año pasado, que viene a ella como un penoso ejercicio de memoria, como algo que quedó atrás y ya nunca le interesará del todo; y habla de su vida en Medellín…
Entre las dos ciudades y ese mundo interior, a través de los saltos posibles de la comunicación vía internet que casi le es ajena, y otra comunicación que le es más cercana: la que hay entre Filosofía y Poética, ha creado esta colección de casi cincuenta poemas.
La poesía ha salido —jamás alcanzaré a saber cómo— de las agendas y libretas de uso múltiple en las que nos lee cada jueves en la tertulia del Ateneo, hasta un libro ordenado cuyo título define a la persona: Las labores del silencio.

Fotografía: Benito González García.

Cuando Mercedes escribe, algo sincrético y humano mira hacia adentro en una lengua abierta y precisa que nombra, aclara, la indefinible realidad.
Sus poemas —breves, llenos, justos— solo se pueden definir con las mismas palabras que los dibujan.
Poco más me atrevo a decir: la envidia bien entendida —y el que quiere entender mal nunca entenderá nada— en un sentimiento muy sano.
Y yo envidio la poesía de Luz Mercedes Orrego. Espero que vosotros la envidiéis también, porque eso significará que la habéis aprehendido.

Casa de las Conchas, Salamanca, 16 de octubre de 2010